¿Has escuchado la expresión “derrame cerebral”? Es una de las emergencias médicas más críticas y una de las principales causas de muerte y discapacidad en Colombia. Aunque el término médico es Accidente Cerebrovascular (ACV), es clave entender que se refieren a lo mismo. Un ACV ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se interrumpe de manera repentina. En ese momento, las neuronas, que dependen del oxígeno y los nutrientes que transporta la sangre, comienzan a morir en cuestión de minutos.

Esto no es un evento menor. Las consecuencias pueden ir desde daños permanentes hasta la muerte. En la Clínica del Occidente, sabemos que entender qué es un ACV y, lo más importante, cómo reconocerlo a tiempo, es la primera línea de defensa para proteger la vida y la independencia de una persona.

Ahora que tenemos claro qué es un ACV, pasemos a la sección más importante: cómo identificar las señales de alerta.

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Señales de alerta: Si ves los síntomas, C.O.R.R.E.

Los síntomas de un ACV suelen aparecer de forma repentina y sin previo aviso. Es fundamental que tú y las personas a tu alrededor sepan reconocerlos para poder actuar con la rapidez que el cerebro necesita. En la Clínica del Occidente te enseñamos a usar la estrategia C.O.R.R.E.:

  • Cara: ¿Tiene un lado de la cara dormido o entumecido? Pídele a la persona que sonría. ¿Un lado de su boca no se levanta o se ve torcido?
  • Ojos: ¿Tiene visión borrosa, doble o ha perdido la vista en uno o ambos ojos?
  • Raro al hablar: ¿Le cuesta hablar de forma normal? ¿Arrastra las palabras, no puede hablar?
  • Rápida pérdida de fuerza en una extremidad: ¿Siente debilidad o parálisis en un brazo, una pierna o en un lado del cuerpo? Pídele que levante ambos brazos. ¿Un brazo se cae o no puede levantarlo?
  • Emergencia: Si detectas cualquiera de estas señales, no lo dudes. Llama a una ambulancia o dirígete de inmediato a un servicio de urgencias. ¡Cada minuto cuenta!

Dato importante: Aunque la estrategia C.O.R.R.E. ayuda a identificar los signos más comunes, también pueden presentarse otros síntomas como dolor de cabeza súbito e intenso, mareo o pérdida de equilibrio.

Tipos de ACV y sus causas: un vistazo a los factores de riesgo

Un Accidente Cerebrovascular (ACV) se produce por una interrupción en el flujo de sangre. Sin embargo, no todos los casos son iguales. Existen dos tipos principales que, aunque comparten los mismos síntomas, tienen causas distintas:

ACV Isquémico:

Es el tipo más común, representando aproximadamente el 87% de los casos. Ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro o el cuello se bloquea. Esto puede ser causado por:

  • Trombosis: Un coágulo de sangre que se forma en una arteria del cerebro o del cuello.
  • Embolia: Un coágulo que se desprende de otra parte del cuerpo (a menudo del corazón) y viaja hasta el cerebro.
  • Estenosis: El estrechamiento de una arteria que va al cerebro.

ACV Hemorrágico:

Este tipo causa una hemorragia en el cerebro o en los espacios que lo rodean. Ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe. Aunque menos común, suele ser más grave.

Ataque Isquémico Transitorio (AIT):

También conocido como “mini derrame”. Ocurre cuando el suministro de sangre al cerebro se bloquea solo por un breve momento. Los síntomas son idénticos a los de un ACV, pero desaparecen por sí solos. Aunque no causa daño cerebral permanente, es una señal de advertencia crítica de que un ACV más grave podría ocurrir pronto.

Datos para reflexionar: En Colombia, el ACV es la segunda causa de muerte y una de las principales razones de discapacidad. La buena noticia es que, según cifras de la OMS, hasta el 80% de los ACV son prevenibles.

Principales factores de riesgo: protegiendo tu salud cerebrovascular

La prevención es tu mejor herramienta. Al controlar ciertos factores de riesgo, puedes reducir significativamente la probabilidad de sufrir un ACV. Te mostramos los más importantes que debes controlar:

  • Hipertensión arterial: La presión alta es el factor de riesgo más importante. Un control regular y el seguimiento médico son esenciales.
  • Diabetes: Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos con el tiempo.
  • Fibrilación auricular: Esta arritmia cardíaca puede favorecer la formación de coágulos que viajen al cerebro.
  • Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol: Estos hábitos dañan directamente los vasos sanguíneos y aumentan la presión arterial.
  • Sedentarismo y obesidad: Un estilo de vida poco activo y el sobrepeso contribuyen a la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto.
  • Exposición a la polución: Vivir en zonas con alta contaminación del aire puede aumentar el riesgo de un ACV.

La prevención es un trabajo en equipo entre el paciente y su médico. Por eso, te invitamos a agendar un chequeo médico regular, como nuestro Chequeo Cardiovascular, para conocer el estado de tu cuerpo y actuar a tiempo.

Accede a todas nuestras especialidades médicas con una atención humanizada

Tratamiento: la importancia de actuar con la máxima velocidad

Ante un ACV, cada segundo es una oportunidad para salvar tejido cerebral y, con ello, la independencia de una persona. El objetivo principal de nuestro equipo es actuar con la agilidad que tu cerebro necesita.

En la Clínica del Occidente, hemos optimizado nuestra respuesta de urgencias con el protocolo “Código ACV”. Este es un sistema de atención inmediata que se activa tan pronto un paciente con síntomas de ACV llega a nuestras instalaciones, permitiendo un diagnóstico rápido para aplicar el tratamiento más adecuado en la ventana de tiempo crítica.

Las opciones de tratamiento, que dependen del tipo de ACV, se llevan a cabo en nuestra Unidad de Intervencionismo de Alta Complejidad, una de las más avanzadas del suroccidente de Bogotá, que cuenta con tecnologías como el Angiógrafo Alphenix. Este equipo nos permite realizar procedimientos mínimamente invasivos con la máxima precisión, como:

  • Trombectomía mecánica: Un procedimiento para extraer coágulos directamente de los vasos sanguíneos del cerebro.
  • Embolización: Para tratar malformaciones en las arterias del cerebro.
  • Angioplastia y stents: Para abrir arterias estrechas y restablecer el flujo de sangre.

Gracias a la coordinación de nuestro equipo multidisciplinario de urgencias, neurología e intervencionismo, podemos ofrecer una ruta de atención integral en un mismo lugar, evitando traslados riesgosos y aprovechando cada segundo.

Secuelas de un ACV: las batallas que se ganan con rehabilitación

Un ACV puede dejar secuelas permanentes o temporales, dependiendo de la gravedad del evento, la zona del cerebro afectada y la rapidez con la que se recibió tratamiento. Las consecuencias no solo impactan al paciente, sino también a su entorno familiar.

Si bien las secuelas más comunes suelen ser similares en el ACV isquémico y hemorrágico, la extensión del daño puede variar. En el isquémico, el problema es la falta de flujo, mientras que en el hemorrágico, la lesión se debe a la presión que la sangre acumulada ejerce sobre el tejido cerebral. Esto puede influir en la complejidad de la rehabilitación, pero el objetivo final es el mismo: recuperar la mayor independencia posible.

Las secuelas están directamente relacionadas con la zona del cerebro que resultó dañada. Por ejemplo:

  • Si el ACV afecta el hemisferio izquierdo: Las secuelas pueden manifestarse en el lado derecho del cuerpo. Es común observar parálisis, problemas de lenguaje (dificultad para hablar o comprender), y problemas de memoria.
  • Si el ACV afecta el hemisferio derecho: Las secuelas se manifiestan en el lado izquierdo del cuerpo. Pueden presentarse problemas de coordinación, atención, y percepción espacial (por ejemplo, dificultad para percibir la distancia o la profundidad).
  • Si el ACV afecta el cerebelo o el tronco encefálico: Estas áreas controlan la coordinación y las funciones vitales. El daño puede causar problemas severos de equilibrio, vértigo, debilidad, dificultad para tragar y respirar.

En la Clínica del Occidente, sabemos que la recuperación es un proceso continuo. Por eso, nuestro equipo de rehabilitación multidisciplinario, compuesto por fisioterapeutas, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales, acompaña al paciente en cada etapa, ayudándolo a recuperar la mayor independencia posible y a adaptarse a su nueva realidad. La rehabilitación temprana es la mejor herramienta para enfrentar estas secuelas y mejorar la calidad de vida.

Preguntas frecuentes sobre el ACV

A continuación, respondemos algunas de las dudas más comunes para que tú y tu familia estén mejor preparados.

¿Es lo mismo un ACV que un derrame cerebral?

Sí, son el mismo evento médico. El término clínico es Accidente Cerebrovascular (ACV), pero es comúnmente conocido como “derrame cerebral”. La clave es que, sin importar el nombre, se trata de una emergencia médica que exige atención inmediata.

¿Se puede prevenir un ACV?

En efecto. Se estima que hasta el 80% de los ACV son prevenibles. El control de factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, el sedentarismo y el tabaquismo es la clave para proteger tu salud cerebral.

¿Qué tratamiento se da a un paciente con ACV?

El tratamiento depende del tipo de ACV. Para los casos más comunes (isquémicos), se usan medicamentos para disolver el coágulo o se realizan procedimientos de alta complejidad, como la trombectomía mecánica, para extraerlo directamente. Para los ACV hemorrágicos, el tratamiento se enfoca en controlar el sangrado.

¿Qué pasa en el cerebro durante un ACV?

El cerebro necesita un flujo constante de sangre para funcionar. Si este flujo se detiene, las células cerebrales comienzan a morir en cuestión de minutos por falta de oxígeno y nutrientes. Este daño puede ser irreversible y provocar discapacidad.

En la Clínica del Occidente, tu cerebro está en las mejores manos

Un Accidente Cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica que no da espera. Reconocer las señales de alerta y diferenciarlas de otras enfermedades neurológicas no solo puede salvar una vida, sino también proteger la independencia y la calidad de vida de quienes amas.

La buena noticia es que, en Bogotá, cuentas con un centro médico de alta complejidad preparado para responder a esta emergencia con la agilidad y experiencia que necesitas.

En la Clínica del Occidente, te ofrecemos:

  • Atención inmediata con el protocolo “Código ACV”: Un sistema optimizado en nuestro servicio de urgencias que nos permite diagnosticar y tratar el ACV en la ventana de tiempo más crítica.
  • Tecnología de vanguardia: Nuestra Unidad de Intervencionismo cuenta con el Angiógrafo Alphenix, un equipo de última generación que nos permite realizar procedimientos de alta precisión para el manejo de coágulos y otras afecciones cerebrovasculares.
  • Un equipo humano especializado y con calidez: Nuestros neurocirujanos, neurólogos e intervencionistas están altamente calificados para brindar una atención segura y humanizada.

Tu cerebro es tu activo más valioso. Si tú o un ser querido presenta síntomas de ACV, no lo dudes. Acude de inmediato a nuestra Unidad de Urgencias 24 horas. En la Clínica del Occidente sabemos cómo te sientes y, sobre todo, sabemos cómo cuidarte.

 

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