Para responder esta pregunta, el cardiólogo Miguel Ángel Zuleta Ovalle, especialista en Medicina Interna, Cardiología y Cardiología Intervencionista, así como Coordinador del Servicio Cardiovascular en la Clínica del Occidente, nos guía a través de los aspectos más importantes. Zuleta explica que no siempre es necesario estar enfermo para acudir a consulta. Aunque muchos creen que solo se debe visitar al cardiólogo ante una dolencia significativa, la realidad es distinta. Tener factores de riesgo que puedan afectar la salud del corazón es suficiente para buscar orientación médica y prevenir complicaciones.
Factores de riesgo que requieren atención
Algunos factores incrementan de manera considerable el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Entre los más comunes se encuentran:
- Ser hombre mayor de 65 años o mujer mayor de 55 años.
- Tener presión arterial elevada (hipertensión).
- Fumar o haber fumado en el pasado.
- Ser diabético.
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Presentar niveles elevados de colesterol.
- Tener antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular temprana (antes de los 55 años en familiares de primer o segundo grado).
- Llevar un estilo de vida sedentario.
- Consumir grandes cantidades de alcohol.
La mayoría de las personas presentan al menos uno de estos factores. Por ello, se recomienda realizar una consulta preventiva con el cardiólogo entre los 40 y 50 años. La severidad del riesgo –leve, moderado o alto– será determinada durante la evaluación médica.
Síntomas de alarma
Aún sin factores de riesgo, hay síntomas que no deben ser ignorados. Estos son señales claras de que es necesario visitar a un cardiólogo de manera urgente:
- Dolor en el pecho, independientemente de su localización, intensidad o relación con alguna actividad.
- Dificultad para respirar (disnea), parcial o constante.
- Palpitaciones o sensación de que el corazón late de forma irregular.
- Desmayos o mareos repentinos.
- Sensación de presión o apretamiento en el pecho, cuello o mandíbula.
Estos síntomas, incluso si no son recurrentes, requieren evaluación inmediata.
Exámenes cardiovasculares importantes:
Si en exámenes médicos rutinarios detectas presión arterial elevada, niveles de colesterol altos o niveles de glucosa fuera de lo normal, es una razón suficiente para acudir a un cardiólogo. Este especialista es responsable tanto del tratamiento como de la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Existen dos tipos de prevención:
- Prevención primaria: Su objetivo es evitar que aparezcan enfermedades cardiovasculares en personas con factores de riesgo.
- Prevención secundaria: Busca impedir que una enfermedad ya diagnosticada cause complicaciones o episodios recurrentes.
Visitar al cardiólogo a tiempo permite implementar estas estrategias preventivas, mejorando así la calidad y expectativa de vida.
¿Qué ocurre durante una visita al cardiólogo?
Durante la consulta con el cardiólogo, no solo se consideran los resultados de exámenes clínicos, sino también una evaluación integral basada en la entrevista y el examen físico. El médico realiza un interrogatorio detallado para conocer tus síntomas, antecedentes familiares y factores de riesgo, lo que le permite personalizar la valoración según tus necesidades específicas.
Exámenes cardiovasculares importantes
Los estudios cardiovasculares disponibles en la actualidad ofrecen una amplia variedad de herramientas de diagnóstico. Sin embargo, es importante destacar que un examen aislado, como un electrocardiograma, aunque salga normal, no garantiza la ausencia de problemas cardiovasculares. Es por eso que el cardiólogo puede solicitar varias pruebas complementarias según lo que determine durante la consulta.
A continuación, algunos de los estudios más comunes y su propósito:
- Electrocardiograma de 12 derivaciones
Este es el electrocardiograma convencional, un estudio que mide la actividad eléctrica del corazón en un corto lapso de tiempo. Ayuda a detectar alteraciones en el ritmo cardíaco o en la conducción eléctrica, factores esenciales para evaluar la salud del corazón. - Ecocardiograma transtorácico
Utilizando ultrasonido, este examen proporciona una imagen detallada de la estructura, las cavidades, las válvulas y el funcionamiento del corazón. Además, permite evaluar el flujo de sangre a través del órgano (hemodinamia), lo que es fundamental, ya que la función principal del corazón es bombear sangre de manera eficiente. - Prueba de esfuerzo
Este estudio evalúa cómo responde el corazón al ejercicio físico controlado. Es útil para identificar riesgos de infarto en los próximos 9 a 12 meses, especialmente en pacientes con factores de riesgo cardiovascular. - Holter de electrocardiograma (24 horas)
Este dispositivo registra la actividad eléctrica del corazón de manera continua durante un día completo. Sirve para detectar irregularidades que no se manifiestan en un electrocardiograma convencional, proporcionando una visión más profunda del comportamiento eléctrico del corazón. - Holter de presión arterial
Similar al Holter de electrocardiograma, este examen mide las cifras de presión arterial y la frecuencia cardíaca durante 24 horas, tanto en reposo como en actividad. Es clave para diagnosticar hipertensión arterial y evaluar la eficacia de los tratamientos antihipertensivos en pacientes ya diagnosticados.
Estos estudios permiten al cardiólogo obtener un panorama completo de la salud cardiovascular del paciente, identificar riesgos y diseñar un plan personalizado de prevención o tratamiento.
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Exámenes avanzados del corazón
En algunos casos, el cardiólogo puede sugerir pruebas más especializadas para obtener una evaluación detallada. Un ejemplo es la angiotomografía de arterias coronarias, un examen que permite visualizar las arterias coronarias en busca de obstrucciones o acumulación de placa. Este procedimiento es mínimamente invasivo, pero debido a la exposición a radiación, se realiza únicamente en situaciones específicas.
Un plan personalizado para cuidar tu corazón
Con base en los resultados de los estudios, el cardiólogo definirá un plan de acción que puede incluir:
- Cambios en el estilo de vida para reducir o corregir factores de riesgo cardiovascular, como mejorar la alimentación, aumentar la actividad física o dejar de fumar.
- Tratamiento farmacológico para controlar factores como la hipertensión, el colesterol elevado o la diabetes.
- Evaluación de opciones no farmacológicas en casos específicos, dependiendo de la condición del paciente.
Cuando ya existe una enfermedad cardiovascular diagnosticada, como un infarto, insuficiencia cardíaca, arritmias, crisis hipertensiva o problemas en el sistema eléctrico del corazón (bloqueos), el cardiólogo determinará si es necesario hospitalizar al paciente o si el tratamiento puede continuar de forma ambulatoria. Las estrategias de manejo pueden ser tanto farmacológicas como no farmacológicas, ajustándose a las necesidades del paciente.
La importancia de la prevención temprana
La visita al cardiólogo no debe postergarse, ya que la mayoría de los adultos, incluso jóvenes, presentan uno o más factores de riesgo cardiovascular. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo, y más del 75% de estas muertes ocurren en países de ingresos medianos y bajos, afectando a personas de todos los niveles socioeconómicos y culturas. Por esta razón, la prevención es fundamental. Una consulta oportuna con el cardiólogo permite identificar riesgos a tiempo, implementar medidas preventivas y reducir significativamente las probabilidades de sufrir complicaciones graves.
La importancia de una evaluación integral
Además de tomar medidas preventivas, es fundamental realizar una evaluación integral con el cardiólogo para obtener un diagnóstico certero. Muchas personas optan por realizarse exámenes por su cuenta, como un electrocardiograma, y consideran que si los resultados son normales, no hay motivo de preocupación. Sin embargo, esta práctica no es adecuada.
Los resultados de un examen aislado no siempre reflejan el estado real de la salud cardiovascular. Por esta razón, lo más recomendable es acudir directamente al cardiólogo, quien evaluará no solo los resultados de los estudios, sino también los antecedentes médicos, los factores de riesgo y los hallazgos del examen físico. Con esta información, el especialista podrá determinar con precisión los estudios necesarios y definir la estrategia de manejo más adecuada para cada caso.
Una evaluación integral es clave para tomar decisiones informadas y prevenir complicaciones futuras.
Recomendaciones para cuidar tu corazón
Si sospechas que puedes tener una enfermedad cardiovascular o tienes antecedentes familiares importantes, es fundamental tomar medidas preventivas mientras esperas tu consulta con el especialista. Adoptar un estilo de vida saludable puede hacer una gran diferencia en la reducción de riesgos.
Aquí algunas recomendaciones clave:
- Reduce o elimina el consumo de alcohol.
- Evita cenar o consumir alimentos en altas cantidades durante la noche.
- Suspende el consumo de cigarrillos.
- Realiza actividad física diaria. Una caminata de al menos 50 minutos cada día es una excelente forma de mejorar tu salud cardiovascular.
- Evita bebidas energizantes. En cambio, el café, en cantidades moderadas, es una bebida segura para la salud del corazón.
Estos cambios no son difíciles de implementar y pueden tener un impacto significativo en tu bienestar. Recuerda que la prevención es clave y que la consulta oportuna con un cardiólogo te permitirá obtener una orientación personalizada para cuidar mejor tu corazón.
La importancia del seguimiento con tu cardiólogo
El cuidado cardiovascular no termina con una única consulta. Después de la primera visita al cardiólogo, es fundamental realizar controles periódicos con el mismo especialista. Esto permite que el médico evalúe o reevalúe las recomendaciones dadas inicialmente, ya sea sobre tratamiento farmacológico o estudios adicionales.
Muchas veces, la consulta de seguimiento es aún más importante que la primera. En esta visita, se pueden tomar decisiones importantes que ayudarán a prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares o a evitar complicaciones en casos donde ya se haya presentado una condición, como un infarto o una crisis hipertensiva.
El seguimiento es clave para mejorar y mantener tu salud cardiovascular.
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