¿Sabías que más del 80% de las mujeres sexualmente activas contraerán el VPH en algún momento de su vida? Es una estadística que impacta, sobre todo porque la mayoría de los casos transcurre sin síntomas evidentes. Una revisión ginecológica puede cambiarlo todo. En ella, se detectan a tiempo afecciones silenciosas que pueden avanzar sin dar señales claras. Una de las más importantes es la infección por el virus del papiloma humano (VPH), una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes del mundo y, a la vez, una de las más prevenibles.
Acompañamos a nuestras pacientes en cada etapa de su vida, haciendo énfasis en la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno del VPH y sus posibles complicaciones, como el cáncer de cuello uterino. Este contenido fue revisado por la Dra. Ana Tatiana Palacios Torres, ginecóloga de la Clínica del Occidente.
¿Qué es el VPH y por qué es tan importante en la salud femenina?
El VPH es un grupo de más de 200 tipos de virus, de los cuales al menos 40 se transmiten por contacto sexual. En la mayoría de los casos, el sistema inmune lo elimina en uno o dos años sin causar síntomas. Pero cuando persiste, especialmente si se trata de un tipo de alto riesgo, puede generar alteraciones celulares que, sin un control médico adecuado, podrían evolucionar hasta convertirse en cáncer.
Tipos de VPH
- VPH de bajo riesgo: causan principalmente verrugas genitales. No se asocian con cáncer, pero pueden generar molestias físicas o estéticas.
- VPH de alto riesgo: están relacionados con varios tipos de cáncer. Los tipos 16 y 18 son responsables de cerca del 70% de los casos de cáncer de cuello uterino.
¿Qué tipos de cáncer puede causar el VPH?
El virus del papiloma humano (VPH) es responsable de una proporción significativa de casos de cáncer en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 se estimó que el VPH causó aproximadamente 620,000 nuevos casos de cáncer en mujeres y 70,000 en hombres.
Principales cánceres relacionados con el VPH:
- Cáncer de cuello uterino: Prácticamente todos los casos (99%) están vinculados a infecciones persistentes por VPH de alto riesgo, especialmente los tipos 16 y 18.
- Cáncer de ano: Más del 90% de los casos están asociados al VPH.
- Cáncer de orofaringe (garganta): El VPH es responsable de aproximadamente el 70% de los casos, afectando la parte media de la garganta, detrás de la boca.
- Cáncer de pene: El VPH causa alrededor del 63% de los casos.
- Cáncer de vagina: Aproximadamente el 75% de los casos están relacionados con el VPH.
- Cáncer de vulva: Cerca del 69% de los casos están asociados al virus.
En 2022, se estimó que el cáncer de cuello uterino fue el cuarto cáncer más común en mujeres a nivel mundial, con alrededor de 660,000 nuevos casos y aproximadamente 350,000 muertes. La mayoría de estas muertes (94%) ocurrieron en países de ingresos bajos y medianos, reflejando desigualdades significativas en el acceso a la vacunación contra el VPH, detección y tratamiento.
¿Por qué es importante en mujeres?
El cuello uterino es una de las zonas más susceptibles a las infecciones por VPH. Si el virus permanece en esta zona durante años, puede inducir cambios celulares progresivos que, sin control médico, evolucionan hasta lesiones precancerosas o cáncer invasivo.
Por esta razón, la detección temprana es fundamental, es necesario iniciar las pruebas de tamizaje según el grupo de edad en mujeres mayores de 25 años con la citología o la prueba del VPH.
¿El VPH da síntomas? Lo que debes observar
Uno de los mayores desafíos del virus del papiloma humano (VPH) es que la infección por el virus inicialmente no presenta síntomas visibles. Muchas mujeres conviven con la infección sin saberlo, lo que hace aún más importante acudir a controles ginecológicos de forma regular y realizar las pruebas de tamizaje para su detección.
Los síntomas pueden aparecer cuando ya se presenta alguna lesión y estos pueden ser los siguientes:
Síntomas asociados a las lesiones por VPH
- Verrugas genitales: pequeños bultos o crecimientos en la vulva, la vagina, el cuello uterino o el ano. Suelen ser indoloros, pero pueden causar picazón o molestia.
- Sangrado vaginal inusual: fuera del periodo menstrual o después de tener relaciones sexuales.
- Flujo vaginal anormal: con olor, color o textura diferente al habitual.
- Dolor pélvico o durante las relaciones sexuales: especialmente en etapas más avanzadas de lesiones en el cuello uterino.
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¿Qué riesgos implica una infección persistente por VPH?
Cuando el VPH no se elimina del cuerpo y permanece activo, especialmente los tipos de alto riesgo, puede ocasionar:
- Lesiones precancerosas en el cuello uterino: conocidas como neoplasias intraepiteliales cervicales (NIC), que se clasifican en grados (1 a 3) y cáncer in situ, según su compromiso en profundidad del epitelio.
- Cáncer de cuello uterino: casi todos los casos están relacionados con VPH persistente. Es una de las principales causas de muerte por cáncer ginecológico en mujeres en edad reproductiva.
- Otros tipos de cáncer: como el de vulva, vagina y ano, menos frecuentes, pero también asociados al virus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 340.000 mujeres fallecieron por cáncer de cuello uterino en 2020, siendo el VPH el factor causal en casi todos los casos.
Detección y diagnóstico del VPH: la consulta ginecológica como punto de partida
Dado que el VPH puede permanecer silencioso durante años, los exámenes ginecológicos de rutina son la herramienta más eficaz para identificar a tiempo cualquier alteración.
¿Cómo se detecta el VPH?
- Prueba de Papanicolaou (citología cervical): analiza las células del cuello uterino para detectar anomalías precancerosas. Es un estudio clave para prevenir el cáncer de cuello uterino.
- Prueba del VPH: permite identificar si hay infección activa con alguno de los tipos de alto riesgo. Puede realizarse junto con la citología o como seguimiento ante un resultado anormal.
- Colposcopia: si se detectan cambios celulares, este procedimiento permite examinar el cuello uterino con mayor detalle y tomar biopsias, si es necesario.
¿Con qué frecuencia deben hacerse estas pruebas?
Las recomendaciones pueden variar según la edad, los antecedentes personales y los resultados previos, pero de forma general:
- Mujeres entre 21 y 29 años: citología en esquema 1-1-3 años.
- Mujeres de 30 a 65 años: citología y prueba de VPH combinadas cada 5 años, o citología sola cada 3 años.
La detección temprana salva vidas: cuando los cambios celulares se detectan antes de volverse cáncer, el tratamiento es más sencillo, menos invasivo y altamente efectivo.
Prevenir el virus del papiloma humano es posible
La mayoría de las infecciones por VPH desaparecen solas. Pero cuando persisten, pueden provocar lesiones que, si no se tratan, evolucionan hacia distintos tipos de cáncer. La buena noticia es que hoy existen formas seguras y efectivas para reducir este riesgo.
Vacunación: tu mejor defensa contra el VPH
La infección del VPH es una enfermedad prevenible con la vacunación. La vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) es una herramienta esencial para prevenir infecciones que pueden derivar en diversos tipos de cáncer y verrugas genitales. La vacuna más utilizada actualmente es Gardasil 9, que ofrece protección contra nueve tipos de VPH: los tipos 6 y 11, responsables de la mayoría de las verrugas genitales, y los tipos 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58, asociados con aproximadamente el 90% de los casos de cáncer de cuello uterino .
¿Quiénes deben vacunarse?
- Niñas y niños de 9 a 14 años: La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vacunación en este grupo de edad, preferiblemente antes del inicio de la actividad sexual, ya que la eficacia es mayor cuando se administra antes de la exposición al virus.
- Adolescentes y adultos jóvenes de 15 a 26 años: Si no fueron vacunados previamente, se recomienda completar la serie de vacunación.
- Adultos de 27 a 45 años: Pueden considerar la vacunación tras consultar con un profesional de la salud, especialmente si están en riesgo de nuevas infecciones por VPH.
Esquema de vacunación
- Niñas y niños de 9 a 14 años: Una o dos dosis, según las recomendaciones locales y la disponibilidad de la vacuna.
- Personas de 15 años en adelante: Tres dosis administradas en un período de seis meses.
Es importante seguir el esquema recomendado para asegurar la máxima eficacia de la vacuna.
Seguridad y eficacia
La vacuna contra el VPH ha demostrado ser segura y eficaz. Los efectos secundarios más comunes son leves e incluyen dolor en el sitio de la inyección, fiebre o malestar general. Estudios extensos han confirmado que los beneficios de la vacunación superan ampliamente los posibles riesgos.
Impacto global
La implementación de programas de vacunación ha mostrado una disminución significativa en la incidencia de infecciones por VPH y lesiones precancerosas. La OMS destaca que la vacunación, junto con la detección y el tratamiento adecuados, puede llevar a la eliminación del cáncer de cuello uterino como problema de salud pública.
Hábitos de autocuidado para una vida sexual saludable
- Uso correcto del condón: aunque no elimina el riesgo al 100%, reduce considerablemente la posibilidad de contagio.
- Evitar múltiples parejas sexuales: disminuye el riesgo de exposición.
- Chequeos ginecológicos periódicos: claves para detectar cambios celulares incluso en ausencia de síntomas.
- Suspender el cigarrillo: el tabaquismo debilita el sistema inmunológico y puede acelerar la progresión del VPH hacia cáncer.
En la Clínica del Occidente, tu salud ginecológica es nuestra prioridad
Prevenir el VPH y sus consecuencias graves está en tus manos. Con una revisión ginecológica regular, pruebas de detección a tiempo y, si aplica, la vacunación, puedes protegerte de forma efectiva.
En la Clínica del Occidente te ofrecemos:
- Consulta ginecológica especializada con enfoque en prevención.
- Tamizaje y diagnóstico temprano mediante citología y prueba del VPH.
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